Por supuesto, no iba a perderme...
...la llegada de nuestro nuevo dios.
Sí, amigo mío. Llegó el momento.
Te voy a traspasar el papel del Dios de la Tierra. A partir de este momento, serás el guardián de este planeta y sus habitantes, su vínculo entre este mundo y el más allá.
Mantendrás este papel durante mucho tiempo, hasta que, como yo, sientas que se acerca la muerte, entonces tendrás que encontrar un sucesor.
Es hora de que pase la antorcha.