Pof.
Vaya, tienes buenos reflejos...
Ésta es nuestra arma definitiva. La carbonita.
He luchado contra todo tipo de magos y cobardes.
Así aprendí a estar siempre alerta.
En cuanto la partícula toca algo sólido, se nutre y se multiplica.
Inevitablemente, el objetivo se convierte en una masa de carbonita. Nada lo resiste.
La única forma de pararlo es... Destruyéndolo todo de una vez... ¡Antes de que se expanda más!
Super Weaver!!